martes, 26 de agosto de 2008

Los deportistas esos seres extraños

En un mundo que se rige por deseos intentan regirse por objetivos.
En un mundo donde los políticos eligen a los representantes ciudadanos, los actores, los intelectuales, a ellos sólo los eligen sus esfuerzos.
Y por ello nos extrañan sus opiniones.
Gasol, Nadal y los demás piensan como piensan la mayor parte de los ciudadanos, pero distinto de lo que piensa la élite que nos dice cómo hay que pensar.
Y ellos se extrañan y se enfadan. Como Francesc Homs que tuvo que hacer esfuerzos para que su hija supiera que cuando Gasol gana ella no gana.
O como el exdiputado Puig de ERC, que no duda de decir que el Estado Español secuestra a los deportistas con las becas. Y no le falta razón, pues cree el ladrón que todos son de su condición. Eso es lo que ellos hace con las becas, premios, conferencias y galardones que diariamente entregan a los que suscriben la catalanidad (o la galleguidad o la euskaldidad) de actores, "intelectuales", escritores e incluso deportistas.
La diferencia está en que a los deportistas de élite no los pueden comprar, porque valen mucha pasta.
Y además no los pueden tumbar, porque a los deportistas de élite no se les elige por afinidad sino por valía.
Y el sistema, una vez al año, chirría. Unos señores, a los que no pueden llamar fachas, se dicen españoles. Y unos se denominan Gasol y Nadal, y otros son Policias Nacionales (y no Mossos) de Tarragona.

Algo que se puede hacer

Mucha gente en el mundo piensa como yo.
Aunque no creo que haya mucha gente que piense en todo como yo. Sólo en parte (grande o pequeña).
Y eso está bien, porque yo todavía no tengo razón en todo.
Y en cualquier caso, cada uno tiene unas prioridades, y unos modos de ser.
Quizá es en la diferencia donde está la clave.
A la gente que piensa como yo no se le ha enseñado a actuar para cambiar el mundo.
Siempre han pensado que el mundo era de una determinada manera.
Pero el mundo cambia, ha cambiado, cambió... porque alguien hizo algo.
Hoy las circunstancias son probablemente mejores debido a la mayor conectividad.
Pero los modos deben cambiar.
Y nadie sabe lo que debe hacer para cambiar el mundo.
Así que mucha gente yace desanimada al borde del camino, pues cree que el cambio es imposible, que el enemigo es más grande.
La fuerza de todos esos (más todos aquellos que nunca lo intentaron, y esos pocos que siguen en su trinchera porque morirán antes de darse por vencidos) es inmensa pero está descoordinada.
Y no sabe trabajar en el nuevo entorno. Y para cuando aprende un nuevo modo de trabajo, la sociedad ha cambiado, y el modo anterior no sirve.
Así que para poder trabajar hay que evitar que se pierdan esfuerzos haciendo trabajos inútiles.

Hay algo que hacer?

Este apartado pretende responder a la pregunta si es posible hacer algo en las condiciones del mundo actual que cambie la dinámica de la sociedad. Y pasemos de ir hacia abajo a volver a ir hacia arriba con moral de victoria.

Para ello habría que plantearse cuales son las condiciones del mundo actual.

a) Individuos que no creen que haya algo que sea verdad. Sobre todo si esa verdad les exige algo a cambio.

b) Individuos que creen que son merecedores de todo lo que quieren.

c) Individuos que caso de esforzarse sólo lo harían por su propio y actual interés.

d) Una estructura social y geográfica que no permite ejercer ningún tipo de coacción sobre aquellos que se comportan de manera anti-social.

e) Individuos desconocedores de todo pero conscientes de su infalibilidad.

Quien puede hacer algo en estas condiciones?

¿Hay que hacer algo?

¿Hay algo que hacer?

Yo tengo un modo de vivir la Vida.

Que incluye amar a Dios y al prójimo.

Y amar, es un verbo de acción pero también de propósito, incluye un ahora y siempre.

Que implica amar y respetar la vida ajena por encima de la propia.

Que implica amar y respetar al propio cónyuge, a los propios padres y también a los propios hijos.

Y creo que mi modo de vivir la Vida es mejor que las alternativas que conozco.

Puesto que yo creo que existe el Bien y el Mal. Y por tanto puedo comparar y hay un mejor y un peor.

Me gustaría que mis hijos, y los hijos de mis hijos compartieran conmigo mi modo de vivir la Vida.

Porque en el fondo yo soy tan egoista como los demás. Y sólo me preocupo por mí y por mis hijos, y por los hijos de los hijos. Este sentimiento es bastante general y se ha evidenciado en la polémica Educación por la Ciudadanía.

Me resulta evidente, que casi todo Occidente y más concretamente España, y más concretamente las familias de los amigos de mis hijos no comparten mi modo de ver la Vida.

Santifican de algún modo el domingo menos del 20% de los españoles. Se practican 400 abortos diarios en España. Se separan 80.000 parejas al año. Se consume más droga y se bebe más alcohol que en ningún lugar del mundo, y en otros lugarse se drogan y beben mucho. Por no decir nada sobre la presencia insoportable del sexo en la televisión o la tendencia del Estado( y los personajillos que dél viven) a apropiarse de la propiedad privada.

Y que además las diferencias son crecientes.

Me resulta evidente que a la mayor parte de la gente, le da igual arriba que abajo. Puesto que no existe diferencia entre ambos conceptos. También sé que si no sé si subo, es seguro que bajo. Sin tensión no hay mejora.

Pero los cambios pueden ser mayores que la propia degradación.

Sin tensión somos siempre un niño malcriado. Continuamente exigiendo, y en el fondo, como sabe cualquier pedagogo pidiendo a gritos alguien que nos diga lo que tenemos que hacer, pues ser el que manda es muy cansado, siempre teniendo que tomar decisiones. Y alguien o algo llegará y ofrecerá e impondrá un modo de vivir la Vida más exigente. Y si es diferente a mi modo de vivir la Vida existe el riesgo de que sea peor.

Los cambios que de modo continuo se producen en el mundo se transmiten a una velocidad y con una intensidad nunca antes vista.

Y si nos pillan con la moral baja (como estamos actualmente) los cambios nos barrerán.

Pero a mí sólo me preocupan mis hijos. Y mis hijos y mis nietos están en riesgo evidente de tener que asumir modos de vivir la Vida ajenos al mío. Que probablemente serán peores que el mío.

Mis hijos para tener hijos, y mis nietos para tener hijos se casarán con gente ajena a mi circulo más cercano, lejano por tanto a mi ámbito de influencia directo. Por tanto corro el riesgo de que mi familia no comparta mi modo de vivir la Vida, con las tensiones que eso necesariamente crea. Y lo que es peor puedan convencer a mis hijos y nietos de que no hay Bien y Mal. O de que el Bien y el Mal sean diferentes a los que yo creo.

Pero no es sólo ”con quién” vivirán sino también “el entorno” en el que vivirán.

Y el entorno son las leyes promulgadas por políticos que viven de ello sin principos morales (los cercanos a mí) o con los principios contrarios a los míos (los más lejanos). También el entorno son, los medios de comunicación (incluyendo la tele e internet), las costumbres, los colegios.

Nadie está obligado a ser martir, así que prefiero que mis hijos no se vean obligados a tener que elegir ser martires.

Porque no es lo mismo ser héroe (el mejor con el entorno a favor) que ser martir. Espero que no tengan que ser traidores.

Así pues, y porque soy un egoista, es necesario un cambio en el rumbo de la sociedad que permita que mantener mi mejor modo de Vivir la Vida no me obligue a ser un martir, y que mis nietos lo compartan conmigo como yo lo comparto con mis abuelos.

martes, 19 de agosto de 2008

¿hay que hacer algo?

Me resulta evidente, que casi todo Occidente y más concretamente España, y más concretamente las familias de los amigos de mis hijos no comparten mi modo de ver la Vida:
Me resulta evidente que si creemos que da igual arriba que abajo, vamos para abajo, puesto que ir para arriba exige tensión, puesto que sin sin tensión no hay mejora.
Creo que nuestra sociedad todavía no está en el punto más bajo de degradación moral, pero avanza inexorablemente hacia abajo.
Creo que sin embargo nuestra sociedad es sustancialmente mejor que muchas de las que existen en el resto del mundo actualmente y mejor que la mayor parte de las que han existido.
Pero es muy posible que ya nadie pueda distinguir el bien del mal, lo bueno de lo malo, lo peor de lo mejor.

martes, 5 de agosto de 2008

¿hay que hacer algo?

La expresión "la decadencia de Occidente" es una expresión bastante antigua. Sin embargo no tengo claro que exista eso que se denomina Occidente ni que esté decayendo. Ni tampoco que la decadencia sea mal en sí mismo.
Estas notas intentan ser un punto de reflexión.
Generalmente el concepto de la decadencia de occidente va asociada a la decadencia del imperio romano.
Y dicha decadencia va asociada a una pérdida de valores: ¿los valores romanos eran occidentales?.
Dichos valores, básicos en la República Romana, comenzaron a decaer cuando Julio César reventó la República mediante una nueva forma de controlar un pueblo que perdió sus valores. Curiosamente cuando se habla de la decadencia del Imperio Romano, se habla del Imperio Romano, que en sí mismo era la decadencia de la República Romana. Y de hecho la Roma que conocemos es la de los Emperadores no la de la República.
Es cierto que en los últimos años, y ligado a la pérdida de relevancia pública de la Iglesia Católica (del resto de Iglesias Cristianas) muchas (¿todas?) las virtudes humanas han caido en desuso por estar asociadas a la Iglesia y su Moral.
Es más el concepto de virtud ha caido en desuso completamente. Ni siquiera que la virtud sirva para mejorar nuestro tono vital. Pero esto no es nuevo leo en "El candor del Padre Brown": "Era uno de esos librepensadores humanitarios... que su misericordia es aún más fria que su justicia".
Admito que los individuos de nuestra sociedad ya no practican las virtudes clásicas : prudencia, fortaleza, justicia y templanza: Pero son estas las únicas, son las más importantes???

Hay que hacer algo

Entre mis amigos y sobre todo entre mis conocidos parece haber hecho mella la idea de que el mundo se desmorona. Más rápidamente aún desde que ZP ganara las últimas elecciones.
Para ellos (no sé si para mí) el hecho de tener un presidente que miente sin sonrojarse (evidentemente sin ni siquiera darse cuenta de la intrínseca maldad de la mentira -economía, aborto, ETA, estatutos, mas, maragall) es un hecho.
Que el PP (Partido que Perdió las últimas elecciones) renuncie (o no, dependiendo del día) a todos sus principios es otro ejemplo.
Sin embargo para mí, eso no es relevante. En realidad los partidos políticos juegan a ganar, y si para ganar hay que mentir o traicionar (ambas son versiones del mismo verbo) no pararán en mientes (que no sé lo que significa).
El verdadero problema estriba en que en un caso son mentiras y en el otro traiciones. Las mentiras (hechas siempre para atraer dulcificando el discurso) son una herramienta de trabajo, dulcifican el discurso pero no la acción. La derecha, que no quiere mentir, prefiere traicionar.
Y por ese camino cada vez vamos en la dirección que marca la izquierda.
¿es inexorable esta deriva? En primer lugar inexorable sólo es la muerte. En segundo lugar ¿es una deriva o es el camino principal de evolución?. En tercer lugar ¿es mala la deriva?
Es decir la primera pregunta es: ¿hay que hacer algo? para preguntarse después ¿hay algo que hacer? Sólo después tendría sentido qué hacer, más tarde cómo hacerlo.

Autopresentación Versada

Después de gran reflexión de un modo un poco espeso, según el siguiente verso, defino mi posición. Soy Conservador de sentimiento, Y Liberal por afición, Soy Cristiano de nacimiento Y también de convicción. Define mi pensamiento el Ecologismo de verdad, Más mi ser es ante todo Disidente y Radical. Funcionario, blavero, Profesor de universidad, Padre de familia, fallero, Ingeniero Industrial, Valencianista sincero, Y muchas otras cosas más, Que explicaré con esmero, Expresan como soy, Pero ay! sólo por hoy, que el mañana es traicionero. Y si eso es ser azul, marino, o azul cielo Como valor que ser quiero expresado en RGB yo me pido el $0000ED Si todo lo expresado deja a las claras dicho, que soy demasiado diestro pues que me tiren al bicho pues soy un gran torero. No sé si eso es estar arriba o por el contrario es ser abajo, si es ser de los que cantan o de los que tocan el badajo. Tampoco sé si estoy delante O voy en el furgón de cola, si tengo mucho talante, o si soy una juanola. Mal le haya, No soy notario, Ni tampoco congresista, Y no fui seminarista Más tampoco perdulario. ¿Será que soy reaccionario? ¿No sería estrafalario decir que soy progresista?